Las provincias unidas de América Central

Después de la caída del Emperador Agustín Primero en México, las provincias restantes del Virreinato de España formaron las provincias unidas de América Central en 1823.

Los territorios que conformaron esta unión fueron parte del Reino de Guatemala: Ciudad Real de Chiapas, Guatemala, San Salvador, Comayagua, Nicaragua y Costa Rica. 

Después de noviembre de 1824, pasaron a llamarse República Federal de Centro América.

Establecimiento

la federacion

Hubo una reunión del congreso el 1 de julio de 1823 en Guatemala, bajo la administración del presidente José Matías Delgado. Él anunció que las provincias allí representadas eran autónomas y que ya no dependían de España, ni ningún otro país.

El nuevo Estado adquirió el nombre de Provincias Unidas del Centro de América.

Al día siguiente, los diputados del parlamento nombraron una Asamblea Nacional Constituyente. Declararon que allí estaba la soberanía nacional. Además, activaron y usaron por un tiempo la Constitución de Cádiz.

Igualmente, se asignó una bandera y un escudo, fue formada una Junta de Gobierno provisional de tres miembros. Esta después fue cambiada en octubre del mismo año y gobernó hasta la disolución del Estado.

Disolución

Las tensiones entre El Salvador y Guatemala por la ubicación de la capital crecieron. En 1827, se enviaron tropas salvadoreñas a Guatemala y el presidente Manuel José de Arce disolvió el Congreso y el Senado. Así empezó la Guerra Civil Centroamericana.

Después de diversas batallas y conflictos, la Federación empezó a fracturarse en 1838 con la separación de Nicaragua. Honduras y Costa Rica no tardaron en seguirle el paso. Finalmente, en 1841, con la Constitución abrogada y Guatemala apoderándose del estado de Los Altos, se disolvió las provincias unidas de América Central.

Posteriormente, los países se establecieron como repúblicas independientes y, actualmente, América Central está conformada por Honduras, El Salvador, Costa Rica, Belice, Panamá, Nicaragua y Guatemala.

Todas estas naciones viven en armonía. No existen conflictos por territorio o recursos. 

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